miércoles, 13 de mayo de 2015

En el nombre de El Hijo

Primera fila en el auditorio del Chaminade


El Hijo tiene tribuna en El Cultural, pedestal en el aula y proscenio en el C.M.U. Chaminade. Todos a sus pies, espero. Una suerte de acólito de Philip Seymour Hoffman con el paquete embutido en unos tejanos y un flequillo de lo más capotiano. Se hace acompañar para la ocasión por David T. Ginzo (Templeton, Anni B. Sweet, TUYA (creo que en ese orden cronológico)), aunque también en ocasiones Tórtel, Jorge Pérez, hace las veces de complemento electrónico al cargo de sintetizadores y coros y ecos.

Abel Hernández dejar adivinar cierto hermetismo. Mucha prenda no soltó aquel miércoles. Alguna novedad dispersó por su set, aparecieron, aunque la vaguedad del recuerdo de ese día me haya hecho olvidarlo. En mi memoria queda 'Drone (policía derribado)', cuyo remix, aunque no parezca guardar ninguna relación con la interpretación que hizo en el directo, está dentro de su último E.P. 'Stockhausen' (autoeditado, 2013) con colaboraciones en todos los cortes -David Unison, Peakmood, David Cordero y Augusto Lima- salvo en este en el que él mismo es quien se revisita. Y una sentida versión del 'Baga biga higa' de Mikel Laboa.



Delicada y singular personalidad pop... pero cuántas veces habrán acompañados estos calificativos a El Hijo. Aguerrido y desgarrador, dedos plomizos pero ágiles que casi siempre seguros y a veces a tientas recorren el mástil.

Ofreció un completo y rico ensayo ante público aquel que colaboró con Jonás Trueba para poner música a 'Los ilusos'. El mismo director que comienza a vertebrar su filmografía con decididos pasos al frente reclutó más recientemente a Tulsa para su último trabajo 'Los exiliados románticos -siempre bien rodeado el zagal- y le ha supuesto el reconocimiento, además de la Biznaga de plata a la mejor música en el Festival de Málaga de cine español, a la buena de Miren.

Baladas con efecto psicoléptico y ramificaciones de indescriptible distorsión y ruidismo pop. Abel Hernández, músico fetiche, por fin nos encontramos. Tuve la desgracia de no acertar el momento en el que abandonarías el lugar y así haber podido saludarte y felicitarte. Lo hago ahora desde aquí, mi tribuna, tu proscenio.

A continuación Willy Naves tomó el testigo, con menos expectación pero con alguna concha preñada con perla, a lo lejos el nácar en el horizonte.

Cómo brilla un paseo haciendo énfasis en el fraseo del pulso de las cuerdas, para luego invocar una tempestad electrónica, con loops coléricos y etéreos, mantas para cubrir acordes imperfectos y taciturnos, arquitectura vanguardista. Azota el viento que peina las nieves del Kilimanjaro. 



Por contextualizar, dos pinceladas. El rock experimental de Migala en la década de los 90 lo hacía posible un colectivo de no músicos, según se autodefinieron o dieron a entender los medios del momento. Entre ellos estaba Abel, que ponía guitarra y voz y fue uno de los miembros más fieles y constantes. Otras etiquetas que he encontrado para referirse a una de las bandas predilectas de Acuarela son indie, folk, post-rock... Nacho Vegas tuvo un breve paso por la misma.

El Hijo y TUYA... y Betacam y Dante Place y Bordas y... se encuentran dentro de 'Rayo verde', colectivo de músicos que deciden tomar el camino de la autogestión, al margen del acuerdo discográfico que pueda mantener cada uno por su cuenta, apostar por proyectos de directo convincentes, económicos y con presupuestos ajustados, y más preceptos que recoge su Manifiesto.

Para cerrar, mi primera escucha, la canción con la que tiempo atrás piqué el anzuelo:


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